Esto es la historia de un crimen, del asesinato de la realidad. Y del exterminio de una ilusión… Lo real no desaparece en la ilusión, es la ilusión la que desaparece en la realidad integral.
“El crimen perfecto”. J.Baudrillard.
“Escúchame Truman, no hay más verdad allá afuera que en el mundo que creé para ti. Has visto mentiras y también engaños, pero en mi mundo no tienes nada que temer.”
The Truman Show
No hay una realidad, sólo interpretaciones, declaró Nietzsche. Preveía quizás el concepto predominante en la actualidad de posverdad, un universo donde los hechos perdieron toda importancia y capacidad demostrativa, para dar lugar a verdades alternativas.
La realidad es amorfa e interpretable, nos permite justificar aquello que previamente buscábamos justificar acomodando los discursos del modo más conveniente. Cada uno puede aportar su versión, pero son determinadas ideas las que direccionalmente se establecen como verdaderas. La opinión pública pierde interés por la búsqueda de la verdad, prefiere las informaciones que confirmen sus certidumbres previas. Todos saben que no son ciertas, pero necesitan y quieren creerlas.
Alejandro Thornton remite en esta serie de obras a las nuevas formas de hacer política, en las que la verdad ya no es necesaria, no es relevante, no es pertinente. Los hechos objetivos cuentan menos que la apelación a los sentimientos o a las creencias personales. Alcanza con elementos decorativos, espejitos de colores, discursos emotivos, relatos vacíos de significado para ganar elecciones o crear contenido en los medios.
Pero tampoco se trata aquí de la mentira. Lo opuesto a decir la verdad no es mentir, ya que el que miente lo hace porque conoce la verdad pero prefiere ocultarla o deformarla con algún fin. Lo opuesto es entonces la falsedad, ya que se trata de una cuestión de intención y de manipulación.
Son los hechos los que cansados de ser obliterados y distorsionados hacen huelga, los que exigen ser tenidos en cuenta y recuperar su protagonismo. Pero su manifestación es ingenua, absorbida, instrumentalizada. El poder se las ingenia para digerirlo todo, inclusive lo que parece atentar contra sus fundamentos más profundos.
Para Foucault la verdad se produce; no refleja la realidad, sino que la construye, la crea. En algún punto de la historia, alguien le da origen para luego difundirla e imponerla como válida, modelando nuestra manera de pensar y edificando las estructuras con las que percibimos.
Si en la época de la posverdad sólo tenemos construcciones y posibles interpretaciones, por lo tanto la deconstrucción se vuelve elemental, para evidenciar a aquello que se esconde detrás de los hechos, que los presenta como si fueran innegables ocultando los métodos de normalización entretejidos bajo la superficie.
Thornton deja al descubierto las estrategias mediante las cuales se generan modelos de realidad sin cimientos ni base efectiva. Así, nos convencen de minimizar la relevancia de instancias claves en la vida del ser humano como la cultura o la educación, dando lugar a la afirmación de que debemos proporcionárnoslas nosotros mismos y de que, en definitiva, tampoco serían tan indispensables.
El mundo occidental entró en la época de la simulación total que abarca todos los campos: el tecnológico, el artístico, el científico y el político. El oficio del político es ahora seducir, abolir la realidad para sustituirla por el artificio. Como sugería Baudrillard, somos testigos de una suplantación de lo real por los signos de lo real: todo puede ser simulado, reducido a los signos que dan cuenta de su existencia.
Nuestra defensa ante esta situación es intentar escapar del simulacro. Recuperar, a través del arte, lo imperfecto en los vestigios de lo real.
Evelyn Marquez
Acontecer en huelga, Alejandro Thornton
Curaduría: Evelyn Marquez
Inauguración: sábado 6 de abril, 19hs.
Galería Pabellón 4, Ramírez de Velasco 556, CABA.