Uno podría alegar que el arte, por más que haga el intento, nunca puede escindirse por completo de la realidad, que el contexto en que las obras fueron creadas permanece intrínseco aunque parezca imperceptible. Aun así, no deja de llamarnos la atención que buena parte de las obras premiadas en esta última edición del Salón Nacional de Artes Visuales se encuentren profundamente vinculadas a la realidad presente, a un contexto económico, político e histórico que se deja entrever en sus contenidos.
Si bien ambas muestras se exhiben en simultáneo, los jurados del Salón de Fotografía y el de Nuevos Soportes e Instalaciones están integrados por diversas personalidades. Algo provocó que estas individualidades se pusieran tácitamente de acuerdo en la temática predilecta a premiar, y lo social y económico fueran colocados en el centro de la discusión.
Hablemos de las obras. Por un lado encontramos la mención otorgada a Martín Touzón por su instalación hecha en conjunto con amigos y conocidos. Con hojas de diario, Martín construyó una serie de alcancías de precariedad evidente. No se valió de cualquier diario para ejecutar la tarea, sino que utilizó específicamente los suplementos de economía y finanzas, y una vez concluidas las alcancías, procedió a repartirlas. Tomando algunos elementos de la estética relacional postulada y difundida por Nicolás Bourriaud, cada uno de los destinatarios recibió instrucciones precisas, cuyo cumplimiento añadiría un granito de arena para la completitud de la obra.
El requisito propuesto era la recolección de monedas exclusivamente de 5 centavos, que en un momento parecieron esfumarse de los monederos y se volvieron escurridizas y escasas. Ante el reducido y casi nulo valor de compra, se dijo por ahí que eran vendidas para ser fundidas, ya que el metal resultaba más rentable que su valor económico. Una vez finalizada la tarea, luego de un período de recolección que duró cerca de dos años, las alcancías fueron abiertas y su contenido transmutado en un meteorito de color broncíneo.
“En unión y libertad” es el nombre de la instalación, leyenda que llevan grabadas todas y cada una de las monedas que llevamos en nuestra billetera, así como todo dinero de curso legal emitido en la República Argentina desde las primeras monedas patrias producidas en 1813.
Algo pequeño y de carácter insignificante en tanto tamaño y valor, se convierte aquí en un elemento disruptivo, caído del cielo bajo reglas y comportamientos que nos resultan extrañas y desconocidas, parábola del funcionamiento de una macroeconomía de la cual los profanos en la materia apenas si llegamos a percibir, pero no por eso resulta menos contundente.
Dándonos una vuelta por el Salón de Fotografía encontramos que el segundo premio fue otorgado a Livio Giordano por “Libre, justa y soberana”. Toma de un proyecto documental más amplio centrado en el trabajo del campo y las modificaciones que en el siglo XXI transformaron este sector esencial de nuestra economía agroexportadora, vemos un depósito de expeller de soja. Este subproducto se obtiene luego del proceso de prensado y puede utilizarse como aceite de consumo humano, materia prima para la elaboración de biodiesel e incluso para la elaboración de alimentos balanceados.
De color dorado, las montañas de esta soja procesada se asemejan al oro, como si recientemente hubiera sido extraído de la profundidad de una mina. La comparación no resulta absurda; también en este caso las entrañas de la tierra fueron las que dieron lugar al surgimiento de este grano cuyo valor se incrementa día a día y se constituye como un punto de referencia fundamental de la economía argentina exportadora en la contemporaneidad.
Al igual que en la instalación de Touzón, es un lema con historia el que da nombre a la fotografía seleccionada. En este caso más reciente, se trata de una frase asociada con el peronismo y la constitución formulada en 1949, cuyas tres famosas banderas enarbolaban los ideales de una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
Dentro del Salón de Fotografía, obtuvo a su vez una mención Marcela Magno, con 37º16′ 55.73”S | 69º 15′ 55.68. También formando parte de una serie más compleja denominada “Land”, la imagen enviada consiste en una cartografía digital construida en base a las herramientas brindadas por Google Earth, en donde pueden observarse las áreas petroleras de la Argentina, registradas a lo largo de varios años que Magno lleva en la observación de las zonas en cuestión.
Otra materia prima, en este caso no renovable, que marca la diferencia entre los países que lo poseen y los que no, ya que constituye un factor económico decisivo en lo referente a recursos naturales.
Enriquecernos, hacernos un lugar en la economía internacional, sobrevivir a costa de nuestro suelo con elementos que parecen infinitos pero que claramente no lo son, generar recursos para el autoabastecimiento, son algunas de las temáticas que abordan estos artistas, esforzándose para abrir las puertas de la autorreferencialidad del arte.
SALON NACIONAL DE ARTES VISUALES 2014: FOTOGRAFIA / NUEVOS SOPORTES E INSTALACIONES
Palais de Glace
Hasta el 9 de julio de 2014.